Los ocho años y ocho meses que pasaron desde el derrocamiento del general Alfredo Stroessner en febrero de 1989, han sido de permanentes cambios y de creciente democratización en el Paraguay, luego de 53 años de dictaduras de diverso signo. Durante la transición a la democracia hubo numerosas crisis que siempre se pudieron resolver de manera tal que terminaba siendo un avance democratizador. Hoy está abierta una nueva crisis que conlleva dos tipos de riegos, que podrían implicar retrocesos en la incipiente democracia paraguaya: 1) que el general retirado Lino César Oviedo gane las próximas elecciones presidenciales del 10 de mayo de 1998; y 2) que un sector importante de la derecha paraguaya se considere excluido el esquema democrático y pase a actuar fuera del sistema político, si es que no se le reconoce su victoria en las internas de la Asociación Nacional Republicana (ANR-Partido Colorado).