Centroamérica : otro año de esperanzas frustradas
Por: Bardini, Roberto.
Tipo de material: ArtículoDescripción: 13-17 p.Tema(s): Pobreza | Deuda externa | Crisis | Centroamérica | Guerra civil | DesarrolloRecursos en línea: Haga clic para acceso en línea En: Friederich Ebert Stiftung Nueva SociedadResumen: George Kennan, ex embajador de EEUU en la Unión Soviética y jefe del grupo de planeamiento del Departamento de Estado en los años de la segunda posguerra, afirmó en 1948: «Poseemos alrededor del 50 por ciento de la riqueza mundial, aunque sólo el 6.3 por ciento de su población... En esta situación, no podemos dejar de ser objeto de envidia y rencor. Nuestra verdadera tarea en el período que se avecina es diseñar un patrón de relaciones que nos permita mantener esta posición de disparidad sin daño a nuestra seguridad nacional. Para lograrlo, tenemos que prescindir de sentimentalismos y de ilusiones, y concentrar nuestra atención - dondequiera - en nuestros intereses nacionales. No podemos engañarnos y pensar que podemos permitirnos hoy altruismos y beneficiencia mundial. Deberíamos dejar de hablar de objetivos vagos y - por lo que toca al Lejano Oriente - irreales, como derechos humanos, ascenso del nivel de vida y democratización. Cuanto menos nos permitamos ser obstaculizados por consignas idealistas, tanto mejor».Tipo de ítem | Ubicación actual | Colección | Signatura | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras |
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Revistas | Cedoc - Tribunal Supremo Electoral Fondo hemerográfico | Colección hemerográfica | enero-febrero 1989. No.99 | Disponible | 2019-1334 |
George Kennan, ex embajador de EEUU en la Unión Soviética y jefe del grupo de planeamiento del Departamento de Estado en los años de la segunda posguerra, afirmó en 1948: «Poseemos alrededor del 50 por ciento de la riqueza mundial, aunque sólo el 6.3 por ciento de su población... En esta situación, no podemos dejar de ser objeto de envidia y rencor. Nuestra verdadera tarea en el período que se avecina es diseñar un patrón de relaciones que nos permita mantener esta posición de disparidad sin daño a nuestra seguridad nacional. Para lograrlo, tenemos que prescindir de sentimentalismos y de ilusiones, y concentrar nuestra atención - dondequiera - en nuestros intereses nacionales. No podemos engañarnos y pensar que podemos permitirnos hoy altruismos y beneficiencia mundial. Deberíamos dejar de hablar de objetivos vagos y - por lo que toca al Lejano Oriente - irreales, como derechos humanos, ascenso del nivel de vida y democratización. Cuanto menos nos permitamos ser obstaculizados por consignas idealistas, tanto mejor».
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