Tal vez yo tenía 14 años cuando conocí a don Pepe Ballón. En verdad, ese "conocí" resulta una exageración pues se dio a través de las palabras de Jacobo Pato Frank, entrañable amigo de casa, que recordaba a menudo a su amigo Pepe a quien yo no había visto ni de lejos. Tampoco lo había conocido personalmente cuando en interminables veladas nocturnas en Santa Cruz, el escritor Jorge Suárez rememoraba el afecto que siempre encontró en casa de Pepe Ballón.