Las experiencias del teatro político en Brasil, como las organizadas por los Centros Populares de Cultura (CPC) y por el Movimiento de la Cultura Popuar (MPC), fueron interrumpidas por el golpe cívico militar; frustrando nuevas formas teatrales y experimentos de estetización política o de la politización desde abajo.
En 1964 en el país aún había una cierta hegemonía cultural de la izquierda, habiéndose efectuado un corto circuito en la capacidad de contacto de este movimiento cultural con la población obrera y campesina. En 1968 el proceso de censura cultural se intensificaría debido a que la clase media, que tenía acceso a una cultura más calificada, estaba peligrosamente politizada.
El texto aborda algunas prácticas del MST, y de grupos teatrales cercanos a ellos, en el intento de elaborar una crítica a la concepción del arte como una mercancía y de captar algunas potencialidades políticas y sociales que se abren a partir de esta práctica.