Los procesos electorales, por tratarse de manejos masivos de información, constituyen un escenario ideal para un sistema automatizado, ya que todas las actividades pueden ser automatizadas. Los gerentes de los procesos electorales son actores de los desarrollos tecnológicos, ya que una de las aplicaciones de los sistemas computarizados lo constituyen sistemas automatizados para elecciones. En el caso del proceso de votación en Venezuela, las elecciones se efectiva cada tres años, en un día determinado, y en consecuencia el costo de los equipos y sistemas en relación a su uso, resulta altamente elevado (es algo así como quien se compra una casa para usarla un día cada tres años), además de la situación de que el personal y los locales utilizados para el proceso son de uso temporal (algo así como el caso de quien compra una casa para utilizarla un día cada tres años, y el personal de servicio sea a destajo). Este escenario donde la infraestructura operacional no es estable, conduce al hecho de que el contexto de diseño en un sistema automatizado para elecciones es atípico, por ello, el sector empresarial en todo el mundo, dedicado al negocio de las máquinas, ya sean escrutadoras o máquinas de votación, es muy restringido, y en los Estados Unidos de Norteamérica se le ubican como negocios pequeños.