Escrito de manera ágil e irónica, el presente ensayo constituye un buen recuento de las muchas contradicciones presentes en la condición y constitución de la identidad de un pueblo, en este caso el mexicano. De la selva a la metrópoli, del molcajete al fax, de las tortillas al satélite. Todo como un crisol que vuelve insustanciales las categorías, vacíos los acartonados conceptos de la posmodernidad, e inútiles los esfuerzos de caracterización desde los esquemas europeos, muchas veces incomprensibles para ellos mismos. Una crítica, en suma, a los discursos que desde la inmodernidad fuerzan la realidad para hacerla coincidir con la teoría.