En este ensayo se pretende responder a las siguientes interrogantes: ¿en qué sectores sociales se vienen construyendo las prácticas y discursos interculturales de la sociedad boliviana? También se pretende revelar ¿qué sectores específicos se muestran resistentes a las prácticas interculturales? Este ensayo debe considerarse como una aproximación general a las complejas formas de la construcción intercultural, la que por el momento se encuentra fuertemente anclada en un plano discursivo de los actores políticos criollos, líderes indígenas e intelectuales. La construcción de la sociedad intercultural se complica, porque las jerarquías interétnicas entre élites e indígenas han sido introducidas en las relaciones cotidianas. En ese sentido, el modelo intercultural aparece como una opción para combatir la exclusión, marginación y racismo estructural, planteando enormes desafíos cuando se pretende reconocer y aceptar la diversidad cultural, porque tanto los indígenas como las castas criollas han vivido durante siglos con prejuicios coloniales. La sociedad en general, ha sido y está siendo educada para ser monocultural en todos los ámbitos: escuela, universidad, institutos normales, escuela militar y policial en las instituciones educativas siguen inculcando valores cívicos monoculturales, despreciando la cultura andina como anacrónica y vetusta. Es cierto que se han hecho esfuerzos puntuales desde el estado boliviano para construir sujetos interculturales, pero esas políticas educativas están orientadas a sectores tradicionalmente dominados.